lunes, 24 de noviembre de 2008

LA NARRATIVA DE LA PRÁCTICA DE LA ENSEÑANZA. RELATOS DE EXPERIENCIAS DOCENTES

AUTORA: LIDIA MALDONADO DE HARON
ESC. NORMAL FRIAS- SGO- DEL ESTERO

Observaciones:. Asesora Pedagógica y Prof. de Práctica y Residencia de la Esc. Normal Rep. del Ecuador, PONE A CONSIDERACIÓN DE TODOS UDS. UN ENSAYO SOBRE NARRATIVAS PEDAGÓGICAS.-.
SU RELATO “Marcas y huellas de la Esc. en la subjetividad”(El arbol del patio de mi casa había crecido demasiado.)(YA SUBIDO
A ESTE BLOGSPOT, FUE SELECCIONADO Y PUBLICADO EN REVISTA SOBRE NARRATIVAS PEDAGÓGICAS DE NACIÓN.-

“ ...el relato está presente en todos los tiempos, en todos los lugares, en todas las sociedades; el relato comienza con la historia misma de la humanidad; no hay ni ha habido jamás
en parte alguna pueblo sin relatos; todas las clases, todos los grupos humanos tienen
sus relatos y muy a menudo esos relatos son saboreados en común por hombres de cultura diversa e incluso opuesta: el relato se burla de la buena y de la mala literatura
internacional, transhistórico, transcultural, el relato está allí como la vida”.
Barthes, Roland: Introducción al análisis estructural del relato.







La Narrativa
Desde que el hombre existe sobre la tierra, sintió la necesidad de relatar historias, de hacer conocer a los otros sus vivencias y experiencias. Todo medio le fue y es útil para contar hechos sucedidos, de carácter real o ficcional, para referirse a hechos que tienen interés en dar a conocer o considera valiosos para ser relatados.
El hombre narra constantemente, lo personal, lo que le sucedió a otros, las narraciones de terceros. Los mitos, las leyenda, las conversaciones familiares, los cuentos populares, las novelas, cuentos (relatos literarios), mitos, chistes, son variadas formas de narraciones.
Las historias pueden ser narradas de múltiples formas: oral, por ejemplo, como sucede en el relato tradicional, o por escrito, la novela se encuentra dentro de esta modalidad, también pueden utilizarse imágenes fijas, como en las historietas por ejemplo, o móviles, como en el cine mudo. Al propio tiempo, es posible hacer un relato con gestos y construir una narración gracias a la combinación ordenada de todos estos medios, como es el caso del cine, video y la televisión.
En el terreno estrictamente literario, la “narrativa” es una de las modalidades discursivas que ha gozado de mayor preferencia entre los diferentes auditorios o lectores desde tiempos remotos. Todas las culturas han organizado el conocimiento en forma narrativa y lo han transmitido a través de relatos.

Relatos, Historias, Acto de Narrar
La palabra “narración” proviene del latían “gnarus” que significa “conocedor, experto”. Significa que etimológicamente, “narración” tienen que ver con el conocimiento y con la experiencia. Si se relacionan ambos términos, se puede afirmar que la narración se vincula con el conocimiento que se adquiere a través de la experiencia, es decir, la narración tienen que ver con el conocimiento que se transmite a través de la experiencia. Se trata de una manera particular de organizar el conocimiento.
El término “narración”, o su sinónimo “relato”, tienen un carácter polisémico. Ambas expresiones implican desde el punto de vista semántico tres significados: en primer lugar la palabra “narración” designa un tipo de discurso, un enunciado lingüístico, oral o escrito, y se refieren a una serie de sucesos relacionados entre sí.
En un segundo sentido, se denomina “narración” al contenido argumental o sucesión esquemática y sintética de hechos que estructuran un relato; es lo que se denomina historia. Ella está constituida por el encadenamiento de acontecimientos, reales o ficticios, que constituyen el contenido de una película por ejemplo, sin tener en cuenta el medio empleado: gráfico, lingüístico, audiovisual, oral.
En un tercer significado la palabra “narración” designa la acción de contar el acto comunicativo de narrar. A este acto de narrar se denomina “enunciación narrativa” e implica la existencia de un proceso interactivo entre emisor y receptor, entre el que narra y el que escucha la narración.
En suma, la expresión “narración” o “relato”, designa la enunciación (acto de narrar), la historia (contenido de los que se narra) y el discurso (enunciado lingüístico con el cual se transmite ese contenido).
La narrativa es una actividad humana por excelencia, es una de las operaciones fundamentales de construcción de sentido que posee la mente, es el marco dentro del cual se desarrollan los discursos sobre el pensamiento y las posibilidades del hombre.
Sigrun Gudmundsdottir, en el capítulo 2, La Naturaleza narrativa del saber pedagógico sobre los contenidos, Mc Ewan y Egan en La Narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación: Amorrortu, Buenos Aires, sostiene que independientemente de la disciplina o de la tradición académica de que se trate, la narrativa refiere a la estructura, el conocimiento y las habilidades necesarias para construir una historia.
Scholes (1981), pág 205, citado por Gudmunsdottir, afirma que una narrativa es un texto que se refiere, o parece referirse, a cierta serie de acontecimientos que se producen fuera de él mismo.
Jerome Bruner, en Actos de significado, 1991, plantea que los seres humanos interpretamos las acciones y los comportamientos en forma narrativa. Esto es parte de lo que él denomina “psicología intuitiva”. Los seres humanos piensan la vida en forma narrativa, como un relato que va cambiando a los largo del tiempo y, también piensan en forma narrativa la vida de los demás.

Función de la narrativa
“ Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de la realidad, lo cual es lo mismo. Los hechos ocurrieron hace muy poco, pero sé que el hábito literario es asimismo de intercalar rasgos circunstanciales y de acentuar los énfasis. Quiero narrar mi encuentro con Ulrica ( no supe su apellido y tal vez no lo sabré nunca) en la ciudad de York. La crónica abarcará una noche y una mañana.”
“Ulrica” Jorge Luis Borges
Los relatos constituyen un medio para conocer el mundo, buscar qué lugar tiene el ser humano en él, ubica en el mundo. Los relatos muestran la esencia humana , lo que aspira a ser, proyectan desde la palabra y el gesto como personas.
La narrativa es útil para leer e interpretar la naturaleza y el sentido de los relatos de vida, entender la complejidad de la condición humana, descubrir y acercarse al otro, en un reconocimiento de la otredad. Permite la comunicación, desde el relato que cobra vida por los sentimientos y emociones que lo cruzan, y mucha veces por la dramática del que relata, invita al que recibe la narración a sumergirse en la historia del que relata.
Carol Witherll: en Los paisajes narrativos y la imaginación moral, Cap. 3, Mc Ewan y Egan en la Narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, Buenos Aires, Amorrortu, 1998, sostiene que los relatos permiten imaginar y sentir la experiencia del otro, adentrarse en el otro.
El reconocimiento del otro, constituido a través de la palabra, puede ser una persona, pero también una cultura, un lugar , un tiempo, un hecho, un acontecimiento. A través de la narración se produce un enlace que se traduce en estados emocionales, de gozo, satisfacción, desesperación, impotencia , estados que permiten entender al otro, ponerse en su lugar o bien descubrirlo. Es precisamente lo que vincula, lo que teje lazos, lo que entrama.
Contar historias suele producir un fuerte impacto, la experiencia personal vincula al lector , al que escucha, con las situaciones presentadas, mueve su vida interna, sus vivencias. La historia personal pareciera “abrir el texto”, revelar lo que se esconde detrás de él, como diría Gadamer (1989), citado por Sophie Haroutunuan- Gordon, Cap. 7. del texto citado de McEwan y Egan.
Jerome Bruner, a través de su libro Realidad mental y mundos posibles, Barcelona: Gedisa, 1988, contribuyó a difundir ,en el campo de la investigación educativa, una concepción de entendimiento que otorga una nueva preponderancia al papel de la narrativa en la actividad de dar sentido al mundo, a la vida, a la experiencia. Los sujetos humanos no se ponen a trabajar como tablas rasas, sino que tienen expectativas y esquemas bien estructurados dentro de los cuales abordan los diversos materiales, Gardner H: La nueva ciencia de la mente. Historia de la revolución cognitiva, pág. 126, Barcelona, Paidós, 1987.

Funciones del narrador
“No solo la precisión descriptiva nos conmueve, sino la humanización de los elementos, la existencia misma de un espejo que nos devuelve el lenguaje transfigurado en vida. Esa vida, mantiene siempre un equilibrio desgarrante entre el bien y el mal, la esperanza y la desesperanza, lo normal y lo anormal, lo curable y lo incurable. Por eso observamos con asombro que personajes, situaciones y lenguaje crean una fuerte unidad de interés que nos a trapa en un túnel donde se divisan luces que nos llevan hasta la última palabra”.
Alfonso Nassif, en el prólogo de Shishilo, de Dante Fiorentino, Indice, 1988.
Un aspecto interesante a desarrollar es el de las funciones de quien narra, dentro del relato. Pueden ser diversas e ir más allá del acto de narrar, fundamental y específico. Asimismo, su reconocimiento y diferenciación permiten observar hasta qué punto el narrador maneja todos los hilos de la narración y qué espacio deja para la intervención interpretativa del lector o el que escucha.
Cuando más son las funciones que desarrolla el narrador de un texto o de una historia, más control sobre el relato manifiesta y de menor importancia es, el papel asignado al lector o al escucha.
La función narrativa, está determinada por la acción básica de narrar la historia.
La función de control, la constituye el discurso explicativo por medio del cual el narrador se refiere a su propio relato para señalar de qué modo se articula, conecta, organiza, enlaza, etc., empleando indicadores de control, como por Ej. Veamos, empecemos ahora.
La función de comunicación: el discurso está orientado hacia el narratorio y, el narrador hace referencias explicitas al auditorio. En esta función el narrador suele aparecer como un conversador ameno que tiene en cuenta que el contenido de la narración supone receptores interesados en esa historia.
La función testimonial, implica la participación afectiva, intelectual, moral, del narrador en la historia que relata, se evidencia en expresiones valorativas, afectivas, etc.
La función ideológica, se da cuando las intervenciones, directas o indirectas tienen un valor didáctico y surgen como comentario autorizado para la acción.

La narrativa de la práctica de la enseñanza
La narrativa ha encontrado aplicación práctica, en dos campos de la educación, ambas vinculadas con la acción, se trata de contar a otro que algo ha ocurrido, que algo ha acontecido.
Algunos filósofos de la educación, como Kieran Egan (1988) , recomiendan a los docentes que usen la narrativa como un medio para estructurar el currículum.
Hablar o escuchar a un docente supone oír historias. Las conversaciones, desde la función de comunicación de la narrativa, se refieren a relatos que tienen al propio docente como protagonista, los alumnos o la problemática institucional. Generalmente son relatos de sus experiencias, contadas a modo de verdaderos problemas que calaron - calan hondo en su vida personal y/o profesional, que tienen que ver con momentos claves del trabajo pedagógico o docente, con momentos de hondo sufrimiento, con los alumnos o alguna experiencia en particular que recuerda por los logros obtenidos.
Los relatos forman parte de la vida profesional , da cuenta de tramos de la práctica institucional y áulica, forman parte de la vida del docente, son auténticos relatos de vida.
Los relatos se imbrican en las experiencias de vida, de modo que la articulación de los fragmentos de las historias construyen una unidad de sentido. Narrar historias, supone que el protagonista se sitúa en un recorrido y en un contexto particular , para narrar la vida misma. La narrativa forma parte de la acción humana. Whyte 1981, citado por Gudmundstottir, S.,1988, en Cap. 2 de Mc Ewan y Egan: La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, Buenos Aires, Amorrortu, 1998, afirma que las narrativas nos enseñan a interpretar el mundo. El funcionamiento narrativo implica siempre interpretación y reinterpretación, la estructuración de la experiencia y el acto de contar algo a alguien. Implica, en resumen, trasformar el “ saber en decir”.
En la práctica de los docentes, sus narrativas acercan a comprender ese mundo tan particular llamado “escolar”, desde el protagonista, que vive la situación, la explica, la describe, interpreta, hipotetiza, analiza críticamente, valora, reflexiona, o bien desde la mirada de aquel que percibe, a través de sus historias, como se desarrollan las acciones en la escuela y sus implicancias.
Las narrativas ponen de manifiesto el conocimiento experiencial práctico de los docentes, los modos de hacer en la escuela y en el aula, permite deconstruir y reconstruirlas, encontrando lo latente, lo oculto, lo guardado, lo implícito, desde una mirada interpretativa. Es así que s e puede encontrar dos puntos de vista o modos posibles de análisis, el referido a la organización de la experiencia del que relata, de tipo profesional, y los relatos que dan cuenta de esa experiencia. La narrativa organiza la experiencia, la estructura y las historias,una vía para conocerlas, transmitirla y compartir con los otros.

Los relatos de experiencias docentes
“Aquí estoy ante los alumnos de esta escuelita rancho que me ha tocado en suerte . Hace apenas un par de días que he llegado.
Veinticinco caras morenas, en la que no puedo descubrir los sentimientos, me miran desde los bancos. Pienso que esto no me está ocurriendo a mí, un muchachito maestro rural de dieciocho años aún no cumplidos.
Me levanto de la silla del escritorio y me dirijo al pizarrón, en el que escribo mi nombre. “ese soy yo”. Veinticinco caritas impasibles me miran.
Ignoro qué es lo que dije o pretendí enseñar ese día de mi estreno como maestro. Recuerdo que no logré de ellos respuesta alguna...”
Jorge Washington Avalos, Shalacos, Losada, 1980

Cuando un docente relata sus experiencias elige qué narrar, selecciona aspectos, enfatiza unos, omite otros, secuencia la historia y la carga de emociones y sentimientos. Con las decisiones que toma el relator docente, el contenido transmite el sentido que le dio a su experiencia, cobra vida y unidad de sentido.
La historias de los docentes, centradas en la escuela o en el aula, acerca al desarrollo curricular, supone la revalorización del saber profesional, reflejados en decisiones y acciones acerca de la enseñanza y del aprendizaje que desarrollan en contextos particulares y sujetos determinados.
Ello supone reconocer el marco cambiante y complejo en la que las prácticas se desarrollan, de acuerdo a la diversidad de contextos en los que se ocurren. En efecto, las narraciones llevadas a un plano de formalización posibilitan la transferencia de experiencias, con las adaptaciones y
resignificaciones que el docente que las adopta realiza.
Los relatos de los docentes, son en sí mismos, situaciones de enseñanza, tanto para quienes las elaboran y transmiten, como para quienes las leen o escuchan, en el caso de la forma oral. No es la narración por la narración misma, sino que la condición para que ello ocurra es la reflexión y el ejercicio.
Lee Shulman (1987), citado por Gudmundstottir, S.,1988, en Cap. 2 de Mc Ewan y Egan: La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, Buenos Aires, Amorrortu, 1998, introduce el concepto de “saber pedagógico sobre los contenidos”, el que representa un elemento importante en la base del conocimiento de los maestros. El concepto designan las modalidades bajo las cuales los maestros conocen y comprenden su materia, que son especificaciones de los maestros y de la enseñanza.
Siguiendo a Shulman , describe la enseñanza como una actividad interpretativa y reflexiva , un actividad en la que los maestros dan vida al curriculum y a los textos que enseñan con sus valores y sentido.
La idea que encierra la expresión “saber pedagógico de los contenidos”, es que el docente transforma su saber sobre los contenidos en algo diferente de lo que era, en algo que tiene aplicación práctica en la enseñanza.
Los alumnos en formación en los profesorados de EGB3 y Polimodal, relatan durante el período de Residencia, que el enfoque de la formación disciplinar recibida no se presta a la hora de sus prácticas. Los alumnos se han apropiado del contenido disciplinar, pero al mismo tiempo advierten que no es la forma apropiada para enseñar las disciplinas en EGB3 o Polimodal, porque no pueden operativizar en el aula la enseñanza de esos contenidos, tienen dificultades para hacerlos enseñables, para seleccionar las estrategias más adecuadas para realizar la mediación. En muchas circunstancias, los alumnos apelan a sus viejas matrices de aprendizaje, y replican en el aula formas aprendidas que entran en disonancia con las teorías de aprendizaje que recita casi de memoria.
Grossman, Wilson y Shulman (1989) , en la obra citada, describieron los elementos que componen el saber sobre los contenidos y que lo hacen más pedagógicos. Dos componentes facilitan este proceso: 1º: las dimensiones pedagógicas de los temas, el saber sobre los contenidos a enseñar, sustancia misma de la disciplina; el saber sustancial para enseñar; el saber sintáctico para enseñar. Esta manera de saber la disciplina describe las estructuras que guían la investigación en una disciplina.
En segundo lugar, las creencias acerca de la materia, el cruce de creencias sobre los sujetos que aprenden, la institución, la disciplina, el aprendizaje, las características de la enseñanza, atraviesan y afectan la situación de clase y la enseñanza.
En relación a las creencias se han identificado dos tipos: una referida a la materia misma y las prioridades que los profesores asignan a los asuntos. La otra, se vincula con la orientación y los profesores hacia la materia. Las creencias son denominadas valores, modelan la disciplina que los docentes enseñan y consideran importante que los estudiantes aprendan y se apropien del conocimiento. Al propio tiempo, legitiman o no la variedad de estrategias metodológicas que se creen
como la más adecuadas o no, para enseñar la disciplina a un determinado grupo de alumnos.
Jorge W. Avalos, en Shunko, Losada, (1985), en el capítulo IX, relata una situación de clase en la que se observa el “saber pedagógico sobre los contenidos”:
_ ¿Vieron anoche el eclipse, chicos?
Nadie lo había visto.
- Seguramente que ustedes se habrán acostado temprano, si no hubieran observado cómo la luna...
- ¿Vos preguntas de lo que se ha muerto la luna, señor?
- Eso es...¿Vieron?.
Todos lo habían visto.
- Eso se llama eclipse.
Escribió la palabra en el pizarrón y los hizo repetir hasta que la pronunciaran bien. A Simón le costó mucho trabajo, pero al final acertó. Varios chicos la escribieron en el pizarrón.
- Mi papá sabe contar que en el tiempo de antes, un vez se murió el sol. Dice que todo se puso negro y que la gente tuvo mucho miedo porque creía que se acababa el mundo.
.- ¡Ah, sí! Ese es un eclipse de sol. El de anoche fue de luna. Estos fenómenos se producen cuando el sol, la luna y la tierra se cruzan de cierta manera que se tapan. No les explicaré en detalle porque no lo entenderían, pero les haré el experimento. El sol es esta vela, la tierra esta pelota y este espejo la luna.
El maestro cerró puestas y ventanas, encendió la vela e hizo el experimento.
Los chicos miraban sin decir palabra...
MacEwan y Bull (1991), citado por Gudmundstottir , en la obra citada anteriormente, sostienen que no puede haber un saber sobre los contenidos sin una dimensión pedagógica, porque la comprensión y la comunicación de una idea son en si mismas actos pedagógicos. Afirman, “comprender una idea nueva no consiste meramente en agregarla al acervo existente. Consiste también en captar su potencia heurística, su potencia para enseñar. Las explicaciones no solo explicaciones de algo, son también explicaciones para alguien” (pág. 332).
Esta crítica no invalida las ideas de Shulman, simplemente las aclara. Sostener que el saber sobre los contenidos posee cualidades narrativas y pedagógicas, implica comprender su potencia heurística. El funcionamiento narrativo implica interpretación y reinterpretación, la estructuración de la experiencia y el acto de contar algo a alguien.

El potencial de los relatos
El saber pedagógico sobre los contenidos es una manera práctica de conocer la disciplina. Los docentes aprenden en el intercambio con los docentes, observando, conversando y trabajando con los pares.
Una herramienta de trabajo para los docentes es la narrativa, la utilizan para comunicar sus experiencias, para interactuar con los alumnos. Cuando el docente plantea sus problemáticas áulicas, el contenido no solo es una secuenciación temporal y espacial de hechos o situaciones, sino que implica reflexión e interpretación, más aún cuando tienen el propósito de comunicar para compartir u buscar vías de acciones posibles. La experiencia se transforma en saber pedagógico sobre los contenidos.
Las narraciones de los docentes tienen un gran potencial, porque ordenan y transmiten las formas en que ellos estructuran y desarrollan su saber práctico. Este no siempre es explícito, alude al conocimiento experiencial práctico que utilizan para el trabajo de la enseñanza.
“ Aprovecho la oportunidad para hablarles del hormiguero, esa urbe subterránea con su organización, sus castas, su gobierno regido por la reina. Ellos aprenden que las hojitas que acarrean sirven de abono para enriquecer el manto en el que cultivan los hongos de los cuales se alimentan...
Ishu se me acerca. Con timidez, la chinitilla me propone una adivinanza:
- Imasi maria sima.
- Ima –respondo aceptando.
Imataj Mulita tropa mana tropenioj (tropa de mulitas que no produce tropel).
Pienso un rato y, luego,digo:
- Me rindo, Ishu.
Ella me mira y dice, satisfecha y avergonzada, mordiendo el cuello de su vestido:
- Las hormiguitas, señor.
Jorge Washington Avalos, Shalacos, Losada, 1980
Por otra parte, el relator interpreta una experiencia teniendo en cuenta sus destinatarios, es decir ofrece una mirada pedagógica de la experiencia a otros que lo interpretan, dentro del marco pedagógi co. Ello exige un conocimiento previo y profundo de lo que se desea transmitir y la selección de los mejores medios para hacerlo.
El sentido del relato surge a partir la reflexión del autor sobre lo que ha hecho y quiere contar. Las acciones realizadas se van secuenciando cuando el docente explica reflexivamente la experiencia.
Supone analizar una situación concreta, diferenciando entre los principios generales que sostienen y organizan la práctica y aquellas acciones particulares que responden a las circunstancias del desarrollo de la experiencia, dos elementos propias de la tarea del docente. Por ejemplo:
“Con asombro vi que los chicos me habían seguido y se ubicaban en sus bancos. Entonces lo entendí: del idioma castellano ellos sabían el “Hasta mañana”, pero no más que eso. Me quedé mirándolos abrumado...Me levanté y comencé a caminar entre los bancos. No sabía qué hacer. En una de las pasadas, Lula me tomó de la mano y me sonrió. La calidez del gesto y del contacto con esa manita me hizo comprender que “Eros Pedagógico” es, simplemente, amor, mutuo amor...
Jorge Washington Avalos, Shalacos, Losada, 1980
Los relatos , poseen también un potencial transformador, tanto para los autores como para los escuchan o leen. Relatar historias implica resignificar la experiencia que se está contando; la lectura o el relato escuchado se asimila y acomoda a la experiencia del que la está escuchando o leyendo. Los docentes cuentan con un recurso de experiencia que les permite profundizar o recrear aquello que se proponen enseñar. Por ejemplo:
“Resulta que ese día en el recreo el maestro andaba cazando quichuístas; así me lo pescó al Castañito discutiendo con otro por las bolitas de una partida confusa. Descuidado por la cuestión no vio al señor ,que se había aproximado despacito por atrás, y estaba hablando “ligerito como pájaro carpintero picando el palo” . El maestro puso cara de maligna satisfacción y tocándole el hombro le hizo señas de que “marchara” . Castañito lo siguió...Cuando entraron al aula, Castañito fue al pizarrón, tomó una tiza y esperó la sentencia. El maestro se sentó despaciosamente en el escritorio y pasándose la mano por la barbilla dio el fallo:
-¡Hasta que la higuera tenga flores!
Eso significa un pizarrón lleno de oraciones... Lo chicos disfrutaban, amontonados en las puertas y ventanas. Llegó corriendo Elbia, que se plegó al montón inquiriendo:
- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa che?. María Luisa le informó:
- El ha hablado en quichua. – Sin advertir que lo hacía en este idioma .
El maestro se volvió hacia ella con la cara llena de satisfacción Cuando María Luisa pasó al pizarrón, el maestro se ensañó con ella al dar la pena:
- ¡Hasta que el bagre se resfríe!. –María Luisa tuvo que llenar dos pizarrones...
- Ausha –llamó- traeme un vaso de agua...- ¡ La de la tinaja está más fresca!
Absalón se detuvo en su carrera; se volvió lentamente y señaló al maestro con el dedo.
El señor
- ¡Has dicho en quichua!... Los chicos se sentaron en sus bancos mientras el maestro llenaba los pizarrones con el “versito”. La cara de todos ellos rebosaba maligna satisfacción. nunca más prohibió hablar quichua en la escuela.
Jorge W. Avalos, en Shunko, Losada, (1985).

El docente: último narrador
Nicolas Cassullo, en el capítulo 5 , de Construyendo un saber al interior de la escuela, de Frigerio, Poggi, Korinfeld (comps.) Novedades Educativas, 1999, cruza la problemática literaria, la problemática del narrador, la crítica a la historia, y la figura del profesor. Trabaja con las ideas o intuiciones conceptuales de un crítico literario y filósofo alemán, Walter Benjamín.
Para este filósofo, la historia es aquel relato de los vencedores que no se detiene nunca, ni en sus palabras, ni en sus silencios. Es un tiempo “heredado”, continuo, homogéneo, unitario...Detener reflexivamente el tiempo de esa historia dominante, vencedora, que atraviesa la transmisión de esos saberes.
Para Benjamín, la información es el acontecimiento del cual se desvincula el narrador, para no transformarse en simple comunicador. El narrador, se desprende de esa “información corroborante” , se desprende del aquí y ahora vaciado por la información: se desprende de ese tiempo homogéneo, indiferenciado, unitario, continuo, bárbaramente vencedor. La narración sería el acontecimiento de la experiencia del que narra, el transmitir esa experiencia, viene de lejos, de otro presente al presente, de otro pasado del pasado. Narración de un tiempo recobrado, a contrapelo de la lógica tecnológica informativa de consumo.
Para el filósofo la memoria constituye una vasija amorosa que salva los sentidos del mundo, donde se refugia la esperanza, la promesa incumplida de otra historia, la de los justos. La memoria es el don sublime del narrador , el que transmite oralmente los mensajes a punto de perderse para siempre, esa criatura que al contar sobre las cosas, no hace más que contar su vida.
Las historia del libro de Benjamín, “Historia y relatos”, citado por Casullo, proponen uno de las transposiciones del pensamiento del autor: el narrador, en tiempo de agonía y extinción del narrar. El narrador como construcción de un drama imprescindible para abordar el acontecimiento humano, sujeto que vive de contar cosas acumuladas no en el mundo de las explicaciones sino en su propia estirpe. Y de contar de manera directa, con escuchas cercanos, que comparten en forma personal el relato.
En este marco piensa en la figura del profesor, cada vez más “ bañada por brumas y disolvencias de adioses entre lo que nos rodea, entre tanta massmedia, banco de datos, videoclases, sueños de pantallas de televisor en las aulas, redes informáticas, terminales privadas, educación a distancia, Internet, y escasos presupuestos”.
¿Qué gran verdad!, en esa silueta de despedida, la del profesor junto al pizarrón, se encuentra uno de los últimos tipos de narrador.
Según este autor, el arte de narrar no es fácil. Para que surjan historias se necesita orden, trabajo, subordinación. Se necesita de una antigua artesanía humana que alumbra, porque se trata de un arte que acaba en sabiduría, no en explicaciones, y mucho menos en información.
Comparto la idea de que el discurso profesoral yace hoy, entre el mito primordial que asusta, el de su desaparición, y su cadáver conceptual desde lo tecnológico abusivo.
Benjamín, que nunca fue profesor, piensa que en el narrar que enseña, se cobija un gesto inaprensible más que lo rutilante de un contenido. La tradicional simpatía que une a los narradores con los pillos y bribones, quien salta del silencio a la voz, para asumir un papel: transformar el hipotético balbuceo del justo en cuento que viene de lejos. Se trata de una situación de enseñanza, de clase, de transmisión, con diferentes finalidades, reflexionar, interpretar, transformar, desarrollar un saber práctico.
En suma, los relatos no son sólo productos del lenguaje, sino que al narrarlas muy pronto se torna fundamental para las interacciones sociales.
Jerome Bruner, en La fábrica de historias, pág. 53, 129, Fondo de Cultura Económica, 2003, sostiene que el relato se imbrica con la vida de la cultura e inclusive se vuelve parte integrante de ella. Ninguna cultura humana puede actuar sin algún medio para tratar los desequilibrios previsibles o imprevisibles inherentes a la vida en común. Aparte de todo lo demás, lo que una cultura debe hacer es escoger medios para mantener refrenados intereses y aspiraciones incompatibles.
Los seres humanos son productores, generadores de historias, tienen identidad y se constituyen en personas a partir de la palabra. Las historias rompen la barrera con los otros, acercan a otros mundos, para entenderlos, ampliando la perspectiva de la otredad, condición para la propia comprensión y la extraña y compleja condición humana.














Bibliografía
McEwan Hunter y Egan Kieran (comps), La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación: Amorrortu, 1998.
Bruner Jerome, La Fábrica de Historias. Derecho, literatura, vida, Fondo de Cultura Económica, 2003.
Bravo Ana, Adúriz Javier Literatura y representación. El discurso dramático, Kapelusz.
Atorrese A., Bannon M., Gándara S., Kornfeld L.,Lengua y Literatura, Introducción a la lingüística y Teoría Literaria, AIQUE, 1999.
Avalos Jorge, Shunko, Losada, 1985.
Frigerio, Poggi, Korinfeld (comps.), Construyendo un saber al interior de la escuela, Novedades Educativas, 1999.
Fiorentino Dante, Shishilo., Indice, 1988.
La documentación Pedagógica en las escuelas, Programa Nacional de Gestión Curricular y Capacitación. Ministerio de Educación, Año 2001.
Bruner Jerome, Realidad mental y mundos posibles, Barcelona: Gedisa, 198
Avalos Jorge, Shalako, Losada, 1980.

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