jueves, 2 de agosto de 2012

Pórtate Bien...




Comenzaba el mes de marzo y con él el ciclo lectivo, un nuevo desafío, pero este año se presentaba distinto porque era mi primera experiencia en salita de 4 años ( siempre fui seño de salita de 5 años). ¿Qué me depararía este año?.
Estaba en la galería del jardín cuando comenzaron a llegar los pequeños con grandes mochilas y grandes guardapolvos en la mano de las mamis, entre besos y saludos comenzamos a entablar una pequeña relación cuando de repente apareció "Él" ,Pablito, un torbellino de energía abriéndose paso como podía entre los niños y adultos. Su mamá muy nerviosa no sabía como contenerlo, solo atinaba a decirle en todos los tonos posibles "portate bien".
A medida que pasaron los días nos fuimos conociendo cada vez más, entendí que Pablito se portaba bien, se portaba  como era su costumbre, de tratar a los demás como era tratado él.
Todos los días la mamá al dejarlo en el jardín le decía "portate bien"  yo observaba que Pablito trataba de integrarse, quería ser parte del juego pero lo rechazaban aunque era cariñoso y demostrativo ¿Qué esta pasando aquí? me preguntaba.
Una mañana un grupo de mamás de "las nenas" de mi sala me abordaron en la puerta del jardín para hablar conmigo en un tono amable pero preocupadas, varias al mismo tiempo comenzaron a contarme que sus hijas iban todos los días a sus casas con quejas de que Pablito les pegaba patadas, pellizcones, empujones, que ellas sabían como era Pablito por que ya era violento desde el año pasado... Las deje hablar sin interrumpir (ya que los años de experiencia m enseñaron a tener mucha paciencia y sobretodo “ saber escuchar y leer entre líneas)  y cuando  terminaron las acusaciones, las mire fijamente di un paso hacia atrás, respire hondo y respondí, que me sorprendían sus relatos y que Pablito no se sentaba con ninguna nena, ellas no juegaban con él, y que sobre todo lo sucedido el año pasado era otro tema del cual yo no podía opinar por la simple razón que el año anterior no me encontraba en el jardín y que se queden tranquilas que desde ahora iba a observar con mas atención las relaciones entre ellos. Todas mis palabras estaban acompañadas de un tono de vos firme, una mirada franca, una mano en el hombro y sobretodo una sonrisa calma. ( todo esto les dio tranquilidad ,  seguridad y calmo sus  ansiedades )

Todos los días pasaba lo mismo, la mamá al despedirse le decía "portate bien"  y él se portaba igual. Lo observaba al jugar y veía que Pablito corría, gritaba, asustaba, de repente se calmaba y trataba de intervenir en el juego de las nenas. Todo esto en un mundo de gritos, movimientos y risas. Él siempre tratando de llamar la atención con cualquier recurso, y así jugaban todos.
Como estrategia didáctica les propuse diferentes juegos donde el personaje principal rotaba( como el lobo , las ardillas sin casa, etc.) y en forma paralela cite a mamá y papá de Pablito para poder conocer mas sobre él. Apenas les propuse venir al jardín para hablar, la mama me miro con desesperación, al ver esa reacción la tome con firmeza de las manos y con una gran sonrisa le dije “ tranquila vamos a hablar de una personita muy importante para mi, SU HIJO”“.
Gracias a esta reunión me entere que éste niño no jugaba con niños de su edad, que no había niños en su barrio, que jugaba con su tío de 18 años, y con su papá y mamá, que su juego preferido era el futbol (va a la cancha ) y la luchita, que era muy mimado y consentido por toda la familia y que su mamá trabajaba muchas horas.
Les describí como era un día de Pablito en el jardín y la reacción de los demás ante sus gritos , revolcadas , empujones , carreras alocadas etc.
La mamá me miraba angustiada y el papá me  miraba sin entender que era lo extraño del comportamiento de su hijo.
Tranquilice a la mamá resaltando lo bueno de su hijo e hice reaccionar a su papá motivandolos para que cumplieran  el rol de padres y no de hermanos, ni amigos de su hijo. Les sugerí ponerle limites, asumiendo roles de adultos y sobretodo cambiar los juegos diarios por unos más tranquilos, de mesa e ingenio. También les propuse que sería bueno visitar a los compañeritos y pasar más horas con papá y mamá y no jugar a la luchita con el tío.
Pasaron los días y el cambio se notaba en Pablito, ya podía ser parte del juego, su trato con los demás se fue modificando, su trato con los demás era mas tranquilo, ya no gritaba ni daba alaridos ,al jugar respetaba el rol de sus compañeros , etc.
Un día mientras lo miraba jugar de repente comenzó a correr y gritar y se dirigió a mi, abriéndose paso a empujones, me abrazó fuerte, me dió un beso húmedo, me miró y me dijo "te amo seño", lo abrace y le dije -yo también, y sin soltarlo la pregunte “¿Vos te portas bien?” a lo que respondió (con mucha seguridad) “-si” , “¿Por qué?” le pregunte, se alejo unos centímetros de mi cara me miro con sus ojos grandes, negros y profundos y me contesto –“por que apendí” (le cuesta pronunciar la "r") “¿A qué?” le pregunte -con una sonrisa que cubría toda su picara carita dijo “¡¡a jugar!!” y salio corriendo tan rápido como había llegado a mis brazos...
Cuanta razón tenía Pablito, el jugar nos sirve para relacionarnos con el otro, a respetarnos, a aceptar límites, a pensar, a desarrollar estrategias, a cooperar. Nos enseña a "ver" y a "escuchar".El había aprendido a relacionarse con los otros sin perder su esencia , respetando y respetándose.
Tenía mucho en común con "portarte bien"  frase que diariamente escuchaba y le costaba llevar a la práctica, ahora si había encontrado una manera de portarse bien, había aprendido a jugar...
Y por sobre todo no había dejado de ser "MI PABLITO".

MARTA.M
Maestra de sala de 5 ENS Manual Belgrano

1 comentario:

Unknown dijo...

No sé si dirigirme a Pablo Penosetti o a la Maestra de Sala de 5. Me presento Me llamo ALejandoMuente y la Foto publicada en la parte superior no solo es de mi Autoria sino que es mi Sobrino y un Menor. Que usted/es usaron sin mi consentimiento ni permiso. Asi que les solicito que retiren la fotogrqafia de este articulo. Muchas Gracias